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miércoles, 26 de octubre de 2016

La astrología te limita

La astrología te limita: te dice lo que te va a pasar, a quién vas a conocer cuándo y dónde, los problemas que vas a tener en el trabajo, la lotería que no vas a ganar y cuándo habrá una oferta que te interese en el supermercado de la esquina.

Peor aún: la astrología de dice cómo tienes que ser, lo que te va a gustar y desagradar, cómo te comportarás en la cama, quién será tu pareja ideal, cuáles son tus puntos erógenos, qué aspectos de tu salud van a verse más comprometidos a lo largo de tu vida, en qué tienes que trabajar y, en definitiva, los motivos que tienen unos para quererte y otros para no soportarte.

La astrología te dicen unas cosas que no es de extrañar que no te la creas. Cómo va uno a creerse semejante payasada. Y es peligrosa

Yo no creo en nadie que me limite sin motivo. Cierto, creo en la física pese a que no me deja levitar, y en la química que no me deja poder realizar la respiración celular a base de azufre. Pero cuando la cosa llega a aspectos de mi vida en los que yo creo poder influir, a quien intenta decirme que no puedo lo mando al guano.

Así que no me extraña que hables así de la astrología. De la tuya.

A mí, la astrología no me limita.

A mí, la astrología me avisa de ciertas tendencias en mi comportamiento que podría evitar mejor si fuera consciente de ellas. Me anima a ver si es cierto o no. Me anima a explorarme como persona (quizá esté en riesgo de volverme paranoico), como profesional (aún no he probado la política, probemos), como ser biológico (prueba a tocarme las narices, que dice el libro que me va a gustar). Me ayuda a tolerar mejor a los demás (me ha llamado individuo, pero seguro que ha sido sin mala intención, lo lleva en su signo). Mi astrología me avisa de ciertos límites que podría haber para que no me tropiece con ellos y pueda volar más alto (si no levantas el pie al tercer paso desde el portal, pegarás una patada a un perro, sin querer, te morderá y morirás de septicemia).

La astrología, a mí, me hace mejor persona. Y es llamativo que haya tantísimos entre quienes se interesan por el crecimiento personal (más que por el profesional, el económico o el académico) tengan, cuando menos, curiosidad por saber si la astrología les puede ayudar en esa empresa.

En mi opinión, la astrología te limita si la malinterpretas. O si alguien la utiliza con fines. O, por

La astrología bien entendida no te limita: te libera. Y eso es algo que las altas esferas no van a querer que suceda nunca.

Lo cierto, empero, es que la sociedad necesita unos pocos librepensadores. No demasiados, porque entonces el tinglado se nos va al traste; pero sí unos pocos.

Lo mismo que no es ciencia todo lo que presume de serlo, a saber a qué payasada estás llamando tú astrología. Pero como eso le viene bien a la sociedad de la que disfrutamos tú y yo, tú sigue creyendo que tu astrología es una kk, que me parece genial. Yo te animo a que sigas así. Y te respeto.

Lo que no sé es si esta entrada me venía en el horóscopo de hoy... Mira que si no aparece y la tengo que borrar...

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Sobre los necios

¿Qué formas conoces de ahorrar (más) gastando lo mismo? ¿Cómo se puede realizar una comunicación entre galaxias en tiempo real (léase, mandando la información a una velocidad mayor que la de la luz)?

Son dos preguntas que parecen indicar que me he dado un mal golpe, ¿verdad? Pues sigue leyendo.

Recuerdo cuando estaba trabajando en un pequeño estudio sobre la energía y su uso por las comunidades humanas. Unos cuantos se reían de mí, o me descalificaban en tono serio y paternalista, que yo estaba equivocado. En todo, básicamente. Lo más benéfico que oí fue algo así como "tienes que trabajarlo más, porque así no está bien". Hubo partes que se ignoraron, otras que se me discutieron, otras que se echaban abajo y punto. Una de las cosas que ponía era que no existe ninguna energía limpia (de las transformadas), y que no es sostenible buscar formas más efectivas de "producir" (léase, transformar) energía, sino formas de reducir el consumo. Había muchas otras ideas relacionadas con éstas. Como no encontraba apoyo entre aquellos a quienes consultaba, y yo creía que no andaba tan desencaminado, simplemente y por mis narices, lo publiqué, dentro de mi libro "Marchita a cuatro romanos, al revés".

Al poco, ya estaban algunos diciendo que yo se lo había explicado de otro modo, que así, puesto en papel, era diferente. Perdona: ya te lo había enseñado tal cual, sin cambiar ni una coma, en la pantalla del ordenador: vete a otro con el cuento de que tú llevabas pensando lo mismo desde hace lustros.

La mayoría sigue diciendo que no sé de lo que hablo. Por suerte, empezaron a surgir voces autorizadas diciendo cosas parecidas: que hay que reducir nuestras "necesidades" energéticas, y no aumentar la producción. Así que yo sé lo que me digo, y sigo esperando como araña en la tela a que venga la gente a decirme que siempre me habían apoyado, O que me lo dijeron ellos a mí, O que eso es algo que lleva apareciendo en los medios de comunicación desde las Tablas de la Ley, etc.

Así es que tiro otras: ¿formas de ahorrar gastando lo mismo? ¿comunicación intergaláctica en tiempo real?

Ambas son posibles. Ahora, ¿quién va a tirarme piedras? ¿quién va a decir que se lo inventó él/ella? ¿quién va a decir que eso ya es harto conocido todo? ¿quién va a decir que no sé de lo que hablo? Por favor: estamos en internet: si YA lo ha dicho alguien, mandadme los enlaces, que no me apetece perder tiempo diciendo algo que ya hayan dicho otros. Cuando lo tenga publicado con su ISBN y mi nombre en la primera página ya no me va a interesar nada de lo que tengáis que decir al respecto.

martes, 29 de marzo de 2011

De halos y auras

Hace ya muchos años, cuando estudiaba en la Universidad de Bohemia Sur, descubrí, yendo en bici una noche de luna llena, que la sombra de mi cabeza estaba rodeada de un halo blanquecino. Mi primera reacción fue de susto, seguida casi inmediatamente por una de extrañeza, pues sabido es que de santo tengo bastante poco; y luego, me lo tomé simplemente como un juego de luces o efecto óptico curioso.

No hace mucho tiempo, sin embargo, se me ocurrió ver si se podía registrar en una foto. Al ver que parecía ser así, intenté grabarlo en vídeo, para ver si el halo, tal y como parecía, seguía mi cabeza. Y sí, es así.

Claro que esta mañana, por fortuna o infortunio, he dado con una explicación lógica, racional, física... Y de repente, ese aura que me acompañaba ha perdido toda su magia. Su brillo blanquecino ha perdido resplandor. No es más que un matiz en la hierba.

Era más bonita cuando era zahadou. Equivalía a misterio. Era mágica.

Hoy... no es más que ciencia.

martes, 15 de marzo de 2011

La luna y el terremoto

Sobre el siguiente artículo de yahoo:

http://es.noticias.yahoo.com/blogs/ciencia_cultura/la-superluna-y-el-terremoto-en-japn-p11944.html

Estoy de acuerdo con lo dicho por el periodista. Punto.

Personalmente, la astrología me resulta curiosa, pero no es ley, ni para las mentes, ni para los destinos, ni tampoco para los movimientos de placas tectónicas. Habiendo dicho eso, los pescadores de costa, y no sólo ellos, saben que las mareas están influidas por la luna, de modo que las mareas vivas (con mayor coeficiente, léase, cuando más diferencia de altura hay entre marea alta y marea baja) coinciden con la luna nueva y la luna llena, mientras que las mareas muertas (las menos intensas) coinciden con los cuartos. Basta consultar una tabla de mareas para comprobarlo, y por si nos quedan dudas, bajar a la playa (yo lo he hecho muchas veces - bajen y juzguen por sí mismos, no me crean sólo por leerme). Además, las mareas más vivas del año coinciden con las lunas llenas o nuevas más próximas a los equinoccios (21 de marzo y 21 de septiembre).

Léase, que de provocar la luna un efecto sobre las mareas, las del mar o las del manto terrestre, debería de provocarlo en luna llena o nueva, y no en cuarto creciente, como estaba el 11 de marzo.

Otra cosa diferente es el efecto que produzca, teóricamente, sobre las mentes de las personas. No he encontrado ninguna información fiable en literatura acerca de esto, ni en psicología, ni el leyes, ni en medicina. Sin embargo, conozco varios sonámbulos, cuyas crisis vienen siempre con luna llena; y como profesor, veo que influye a algunos adolescentes (a ALGUNOS, no a todos y ¡sólo a una minoría! eso sí, normalmente chicos, y no chicas), que están más alterados, más provocadores, algunos más agresivos, en los días más cercanos a una luna llena. Si será porque lo miran en el calendario, si será inconscientemente, si será percepción de algunos docentes, si será, en definitiva, por la luna, o por otra "casualidad" que se repita siempre con un ciclo igual al de la luna, eso ya les dejo a otros que lo decidan... Por cierto, que esto lo he observado también en clases donde no había chicas, así que no busquen una explicación olfativo-hormonal (aunque quién sabe).

En definitiva, que quizá tan sólo algunas personas estén alterándose por anticipado pensando en la llegada de otro, y nada más que otro, plenilunio en perigeo. Y eso no se llama luna, sino autosugestión.