viernes, 11 de enero de 2013

¿Cantidad o calidad?

Acabo de leer un emilio del que extracto las primeras tres líneas de cinco:

Hola, mirad, he hecho un chiste para una paginaweb de cortos chiste de treinta segundos. No es nada del otro mundo y dura sólo 30 segundos, pero si lo vierais y se contara otra visita, nos haríais un favor a los que lo hemos hecho, pues mientras más gente lo vea a lo mejor tenemos alguna posibilidad de premio, independientemente de la calidad. Este es el link

Las otras dos líneas son el enlace en cuestión y la despedida.

Me encantaría echarle un vistazo al enlace y poder ayudar al remitente a hacer vídeos cada vez mejores. Sin embargo, evidentemente, lo que le interesa no es hacer un buen trabajo, sino ser popular. Y le interesa ser popular para ganar un premio. Y para conseguirlo, no duda en hacer chantaje emocional a las personas de su lista de correo.

Este tipo de correos me trae a la mente varias ideas. La primera no es nueva: en internet, se cuenta el contenido mostrado, no necesariamente observado, ni necesariamente mostrado en su totalidad. Léase: si tú abres un vídeo de tutubo o de quien sea, ya cuenta como página visitada y les puntúa, para premios, para estadísticas, para aparecer en las noticias. Si lo que ves es una porquería y no aguantas más de 5 segundos, o si has pinchado en el enlace por accidente (que es lo mismo que decir "sin saber lo que querías ver"), etc etc., eso ya NO IMPORTA.

Parte de ello es culpa nuestra: muchas veces, no nos paramos a pinchar en un "me gusta / me disgusta" (posibilidad ofrecida por Youtube y por determinados complementos de Mozilla, entre muchos otros). Pero claro, tampoco se cuenta el número de visitas repetidas (Myspace cuenta el número de veces que suena una canción, independientemente de tu IP y del equipo que utilices). La gente que repite contenido, cierto, podrían ser los mismos que lo han colgado para pretender que su obra gusta. Parece ser que lo mejor es volver al voto de usuarios registrados, y crear una razón (o ratio) de "me gusta" dividido por "visto por usuarios registrados", cuyo valor, de 0 a 1, indique si ha gustado mucho o no a las personas reales que lo hayan visto.

En fin, todo eso era acerca de la primera reflexión. Se podría escribir más, pero pasemos a la segunda, que es más personal aún, y que se remite a otras ideas sobre el arte ya mencionadas con anterioridad: ¿para qué creamos? Algunos, para ser populares, o para ganar dinero. ¿Es ésa la finalidad primera del arte? Para mí, no lo es. Yo escribo para expresar ideas, preocupaciones, sentimientos, o para intentar crear algo bonito, que guste y que haga sentirse mejor a la gente que me importa. No escribo, no pinto, no diseño, para ganar ningún premio en una competición. Mi premio es la alegría en las caras de la gente a la que quiero.

Además, el arte me sirve como forma de crecimiento personal. Me ayuda a ser más crítico conmigo mismo, a aceptar mejor las críticas de otros. Me permite pensar de otro modo, evolucionar, avanzar. Más importante que un "me gusta / no me gusta" es el " ... porque..." que suele seguirlo. Me encanta que la gente me explique lo que les produce qué sensaciones, porque me permiten ser mejor artista con cada comentario. Claro está que yo luego decido el camino por el que ir, y que no escribo, ni compongo, ni dibujo, para gustar a todo el mundo, porque eso no es posible realista; pero esos comentarios te ayudan a conocer mejor también a la gente a la que quieres, a valorarles más, y contribuye a que, el día que quieres darles una alegría, tienes una idea mejor de cómo conseguirlo.

Es entonces cuando estás realmente cerca del premio que realmente importa: la felicidad de tus más allegados. Y las estadísticas te la pueden refanfinflar.