martes, 31 de diciembre de 2013

Cambios del último mes

Ahora...
... me sé frágil
... me sé solo
... me sé capaz

... hago deporte
... hago manualidades
... me escondo

... oculto mis emociones, porque veo demasiado cerca a muchos que se llaman amigos míos, que creen que lo demuestran porque, como dicen, me sonríen, pero la lengua con la que lo dicen acaricia esos dientes que me muestran y yo sé que no es sonrisa, sino un aviso de la presencia de un depredador hambriento.

Mi vida ha cambiado muchísimo en las últimas semanas. Si me pusiera a enumerar los cambios, no serían los seis de arriba, sino quizá sesenta. Han cambiado hábitos, actitudes, sentimientos, mi cuerpo, conocimientos, personas con las que hablo, cosas que como, cosas que digo o que callo, lo que busco, lo que evito y de lo que paso a siete manos...

Han empezado a darme igual cantidad de cosas.

¿Me siento bien? No lo sé y no indago. Vivo y punto.

Voy a ser el hombre gris que los trapero apuñaladores quisieron que fuera. Ya no quiero vivir intensamente. Quiero vivir, aunque sea al precio de ser anodino. Y como es la única posibilidad que me han dejado, a ella me aferro.

Ahora a ver lo que tardan algunos cachorros en mostrar su verdadera naturaleza de hiena y se echan a reír antes de devorarme.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Tu pareja te impide... escribir

En realidad, todos los impedimentos están en la cabeza de uno... pero a veces te "apoyan" en impedirte.

Bendita sea la falta de interés. Cuando a tu pareja no le interesa lo que haces, nada te impide seguir haciéndolo (relativamente - si quieres tener una vida en común, habrá ocasiones en que haya que hacer de vísceras corazón, pero eso todavía entra dentro de lo aceptable).

Lo peor no es que a la persona que amas no le interese, que no busque, no indague, no te pregunte, no lea de su mano mayor nada de lo que escribes. ¿O quizá sí? Quizá ese sea un veneno más efectivo, de esos que te matan poco a poco y tú luego no sabes por qué dejaste de escribir...

A corto plazo, sin embargo, es más efectivo el que te acerques con toooda tu ilusión, porque sabes que has escrito algo bueno, o por lo menos algo que merece la pena ser leído, algo que nadie se arrepentirá de haberle dedicado cinco minutos... y a la primera palabra (¡a la primera!) te corte y te diga "No me gusta". ¿Perdón? Creo haberte entendido mal. No, me has entendido perfectamente, no quiero que me leas más.

Y flipas.

O esa otra ocasión en la que te dice, con estudiada y remarcada vocalización, lo suficientemente des·pa·cio para que sufras y lo sufic. v'loz para que no se note lo que lo disfruta, que e·so·es·u·na·cho·rra·da. Y tú vas sólo por el segundo párrafo del cuento.

Entiendo, es un peñazo oír a los escritores leer lo que han escrito. Pero no se trata del cuento en sí, sino de estudiar las ideas, de comunicarse, de que te apoyen en lo que te gusta igual que tú apoyas a tu media naranja en lo que le gusta a ella, siempre, en todo. Y tienes tantas cosas escritas que la otra parte no hace nada por leer...

Después de unas cuantas más, llega el día en que avisas, que no vas a hacerla partícipe ya de nada, y que luego no se mosquee si no le cuentas lo que haces. Te mira con cara de cordero degollado y que le interesa mucho, pero que está reventada, y que sejustificasejustificasejustifica.

Es demasiado tarde.

Pero algún día de resolterizarás y, tras un periodo de crisis, un día las letras empezarán a salir de tus manos sin que tú las busques. Tu cabeza se llenará de historias. Tus amigos (los de A mayúscula), tu familia, te recordarán y te harán sentir que les encanta lo que haces (siempre lo siguieron haciendo, pero ahora te das cuenta).

Y ¿quién se lo va a perder? Quizá nadie. Porque tanta justificación significa que no le interesaba. Y tú sólo tienes que olvidar el amor que sentiste (así de fácil, ja, ja), y que una nube de tu memoria... ¿de quién hablamos? ¿Qué estaba diciendo? Creo que necesito echarme una siestezuca...

lunes, 23 de diciembre de 2013

Tu pareja te impide... ir a conciertos

Es que no aprendemos. Y claro, vas y le dices a tu media naranja que sin ella no te apetece ir a ese concierto (o esa fiesta, o función de teatro, o lo que sea). Como lo sabe, tiene un gran arma en su poder.

Tú aún no lo sabes, pero tu pareja lo va a utilizar para limitarte. Cuando vaya a tu ciudad 4Tet (como me pasó a mí) o cualquier otra cosa que te apasione especialmente y vayas y le digas que pagas tú, que eso no te lo pierdes, tu pareja sabrá que te lo vas a perder porque no piensa acompañarte y tú no iras sin tu amorcillo, porque eres así de idiota, y tu amorcillo es así de indeseable, y además porque te pone cara de cordero degollao y que lo siente mucho, pero que concretamente a ese grupo no lo soporta.

Negativa tras negativa, te acostumbras a quedarte en casa, porque cuando hay tiempo en común no hay nada a lo que ir, y cuando estás solo... no te apetece.

Te apuntas a unos estudios a distancia, para cuya consecución debes ir a conciertos. Entonces te dice que la pena que le da, no poder ir a conciertos, que lo que más le gustaría en el mundo es poder acompañarte. Tú aún no sabes que es un intento de chantaje emocional para que no vayas tampoco - pero aunque no lo sabes, no sucumbes, porque has pagado una matrícula muy cara y tienes que acabar los estudios aunque tu pareja se deprima (que no va a ser el caso).

Y luego rompéis y te enteras de que a los quince días ha ido al concierto de ese 4Tet que tanto odiaba. Porque no lo odiaba. Lo que sentía era pasión por fastidiarte. E igualmente, está yendo al teatro, y a musicales, y a toda la oferta cultural del país, porque ya no tiene que sacrificar sus gustos en aras de sacrificar los tuyos (manda webs), y lo que tiene que hacer ahora es pasarte por los morros su pasión por la cultura, a ver si así tienes miedo de que os encontréis y dejas de ir.

Esa encarnación de la indeseabilidad, esta vez, no se ha salido con la suya más que con 4Tet. Y como tampoco tengo tiempo de ir a verlos, pues ni me apena.

Tu pareja te impide... nadar

Lo tenía hace años en mi lista de buenos propósitos. Fue el primer año que no cumplí mis buenos propósitos para el año nuevo. Claro que fue la primera vez que alguien me exigió que los cumpliera (porque, que yo sepa, fue la primera vez que alguien tuvo la falta de decoro de leerse mi lista de principio a fin y encima permitirse juzgarla). Así que no aprendí a nadar.

Ya, claro, ya oigo algunos: "¿De Santander y no sabes nadar? ¡Qué vergüenza!". Espero que no se le ocurra a nadie de España que no sepa lidiar un toro, bailar flamenco y tocar la guitarra, por mencionar algunos tópicos. Aunque si alguien es así de listo o así de tonto, supongo que no lo iba a captar.

Pues nuevamente son los comentarios paternalistas, y que hay que nadar cuando a tu pareja le sale de la axila y no cuando tú te sientes sirenito, y que qué mal nadas, y que yo nadaba profesionalmente, y que, sí, estoy tocándote el escroto en sentido figurado porque quiero que te sientas frustrado de no saber nadar.

Los obstáculos para hacer algo están siempre en nuestra mente, es cierto. Sí, si tenemos una voluntad de hierro, somos capaces de mover montañas. Pero cuando hemos entregado toda nuestra confianza a alguien que, con la mayor de las sutilezas, nos va minando gradualmente la confianza que teníamos en nosotros mismos, llega un momento en el que uno no encuentra su propia voluntad y no sabe dónde la tiene ni dónde empezar a buscar. Y cuando pide ayuda a aquella persona en quien más confía, esta harpía lo utilizará para hundirlo un poquito más, sin brusquedad, no sea que se dé cuenta de quién le está pisando la cabeza.

Y un día te resolterizas, y ¡aaaayyyyyyyyyyyyy! El placer de meterse al agua. Si está fría, porque refresca, si está caliente, porque te desentumece entero, si está templada porque te sientes flotando en el aire, el caso es que siempre está perfecta para un cole y unas brazadas, para probar todos los estilos, y descubres que tienes tiempo, ganas y capacidad para ir a menudo, para quedar con amigos en la pisci, para quedar con amigos tras la pisci, para hacer ejercicio antes y después, para nadar por la mañana, o al mediodía, o por la tarde, para hacerte socio de la municipal, de repente las señoras de la taquilla, que hasta ahora te miraban de un serio que daban miedo, te sonríen, se alegran de verte, y tienes un pique de cloro que no sabes cómo has podido vivir sin ello todos estos años.

Las parejas, a veces, te impiden mantenerte en forma. Y no sólo en cuanto a natación se refiere. Pero eso ya lo iremos viendo.

Tu pareja te impide... cantar

Que si cantas mal, que si me duele la cabeza, que si hoy no me siento con ganas de cante, que si hoy no, cariño, que si :(, que si :'( o incluso peor D': o qué se yo... Por no hablar de comentarios sarcásticos, paternalistas, victimistas, o las bromas delante de los amigos, o "es que quiero ver las noticias, que son importantes" (las p*s noticias, ya volveré a arremeter contra ellas), o "estoy viendo una película" o "mañana, ¿vale?". Etcétera, etcétera, etecétera.

Y luego te quedas solo y no cantas porque no te apetece, porque a tu chica/o no le gusta que cantes y entonces no lo haces ni cuando puedes, no sea que entre por la puerta y se lleve un morrocotudo.

Más adelante llega el día en que cantas ya por fastidiar, por revancha, por "ahora me toca a mí", y descubres que las notas de música tienen un sabor amargo en la boca y un deje de desentone en el oído por la falta de costumbre y la falta de ganas.

Pero, ¡ayyyyyyyyyyy ese día que te resolterizas! ¡Qué placer encuentra uno en el canto! ¡Cuántos Bravos y cuántos Ninos y cuánto sol cuando amanece... yo soy líííííbre!

Como el mar. Eau d'eté.

Y lo disfruto más que un "plumeroparael...". Desafino, por la falta de costumbre. ME DA IGUAL. Canto por la mañana, por la tarde, por la noche, y aunque los vecinos no se han quejado, estoy seguro de que canto hasta en sueños. Y de repente mis sueños dejan de ser repetitivos, sueño con paisajes nuevos, con caras nuevas, con situaciones que no conocía (ni en sueños, fíjense qué cosas). Que llevaba lustros de sueños repetidos y San Seacabó de los Acaboses. Ahora sólo sueño con sitios que visito a las pocas semanas. Asusta un poco, pero...

... Contras, ya me perdí otra vez. Lo siento. El único consuelo que me queda es que esta entrada iba sobre el canto y aquí estoy, dando el cante con mis divagaciones. Feliz Navidad a todos los que se la merezcan. Al resto ya se lo desearé cuando me confirme, si llegare el día.

sábado, 21 de diciembre de 2013

2013-12-21

La comida de hoy:
espirales de garbanzo con brécol, champiñones y huevo duro
regadito con besamel de arroz y leche de soja
y de adorno, algas chung jung won y aceite de oliva extra virgen

Le ha faltado un sofrituco de aho, por lo demás ñam ñam.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Perdidos

Mi amigo Fercho Cortés ha puesto esto en su muro de facebook:


No tiene nada que ver, pero me ha recordado una conversación de hoy con un estudiante:
- ¿Tiene usted hijos?
- No sé.
- No, le pregunto que si tiene hijos.
- No sé.
(silencio)
- ¿No sabe si tiene hijos?
- No.
- No me entiende: que si tiene prole, descendencia, vástagos, churumbeles, críos...
- Aún no me los han presentado, así que desconozco la respuesta, porque ignoro si existen o no, no me consta que no haya sucedido y todo es posible por la gracia de Dios.
(exagerado un pocuco a trozos y resumido en otros, porque no había forma de hacérselo entender)

jueves, 12 de diciembre de 2013

ELE

Enlaces de internet para ayudar a estudiantes de español como lengua extranjera (ELE):


http://es.maryglasgowplus.com/students
Portal para aprender español. Cada semana, un texto nuevo. Solía haber un archivo de artículos pasados, pero no lo encuentro. Si alguien lo tiene, por favor, que lo ponga en los comentarios. Hay versiones de audio de cada texto.

http://www.zonaele.com/
Si ya conocías la página hace años, échale un vistazo, porque ha cambiado. Igual te viene mejor ahora.

http://www.spanishpod101.com/
Posibilidad de dejar que te envíen la palabra del día en ciertas frases a tu correo electrónico.

http://www.studyspanish.com/dailyword/
Otra con la palabra del día.

PUBLICACIONES

www.elpais.com
www.elmundo.es
Periódicos en español. Especialmente indicados para estudiantes de niveles AS/A

http://www.quo.es/ (versión española)
http://quo.mx// (versión mexicana)
http://quo.mx/t/argentina (versión argentina)
Revista de divulgación. No es la mejor publicación de la historia, pero el lenguaje es relativamente fácil y sobre una amplia variedad de temas. La gramática y el vocabulario pueden presentar pequeñas diferencias, pero todas las opciones son igual de válidas.

http://www.muyinteresante.es/
Otra revista de divulgación científica.

AUDIO

http://www.rtve.es/radio/
Radio Nacional de España. Muchos programas donde elegir.

http://www.rtve.es/alacarta/audios/la-estacion-azul-de-los-ninos/
Programa de radio nacional con cuentos para niños.

http://www.rtve.es/alacarta/audios/programa/noche-vela-valor-los-objetos-17-12-13/2236528/
Programas sobre temas variados, en directo (in streaming)

http://es.maryglasgowplus.com/students
Mencionado ya antes. Los textos existen en versiones de audio.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Otro puto día perfecto

El día empezó mal.

El día continuó parecido. Con mi catarro poniéndose peor, decido quedarme en el colegio para ayudar a unos estudiantes que ni aparecen ni se disculpan y cuando los encuentro tienen comentarios hirientes hacia mí. Vale. Ya uno está acostumbrado a según qué cosas.

Quería ir a correos. La fecha de hoy es 11-12-13. Debí suponer que los números mágicos no me iban a traer buena suerte (especialmente viéndolo de forma matemática, un 14 negativo, jopééééé). No he llegado a correos porque se me han pinchado las dos bicis. Realmente, potra donde las haya. ¿Otra fecha más que se pierde? Bueno, más se perdió en Cuba, aunque personalmente perdí mucho más en la fecha X-X-X. Y eso que la postal allí sí que la mandé.

Quizá encontraría fuerzas para reírme de que se me tuerzan las cosas de forma tan divertida si no fuera porque hoy enterraban a un amigo. Y no me llega el humor al diafragma, sinceramente.

Y el no haber llegado a correos, en el fondo, es una suerte. Después de todo, ahora puedo trabajar en casa y hacer algo productivo. Aunque sólo sea por Paco, que me está empujando a que aproveche el tiempo.

Así que al menos haré algo de limpieza.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Más sobre el otolismo a diciembre de 2013

Creo recordar haber dicho que el otolismo es compatible con cualquier postura tolerante de cualquier religión o creencia. Desafortunadamente, he descubierto que uno de los principios del otolismo es incompatible con ciertos principios fundamentales de la religión (y recordemos que el ateísmo ES una religión).

El otolismo establece que Dios tiene un plan para cada persona. Admitiendo ideas como la revelación progresiva de la fe Bahá'í, ésta no se produce sólo en un plano generacional, sino también en uno personal. Cada persona tiene que descubrir para qué está en este mundo, cuál es su misión, su objetivo. Cada persona tiene que descubrir y construir su sistema moral, que, eso sí, debe aplicar para juzgarse a sí y no a los demás. En ese camino, las religiones, las creencias, la moral de otros, la ética de otros, nos ayudan, nos sirven de guía, pero no pueden determinar nuestras vidas.

Como español, siento un gran respeto por la frase de don José: "Yo soy yo y mis circunstancias". No pueden juzgarse los errores de un quinceañero con normas válidas para sexagenarios, ni a la inversa (por poner un ejemplo). No se debe medir con el mismo rasero a un rico que a un pobre (cosa de la que ya se advierte en el Nuevo Testamento - no juzgues la cantidad que se entrega para limosna, sino el sacrificio que se hace). En términos más avanzados, ¿quiénes somos para juzgar lo que les cuesta a otros sonreír, ayudar a otros, estudiar, hacer dieta,...? Si Dios, o la vida, o la suerte, nos ha dado diferentes circunstancias, ¿por qué tenemos que seguir todos las mismas normas de vida, tanto en la física y /o rutinaria como en la espiritual (p.e.)? Un Dios justo, ¿crearía un sistema de normas iguales para todos?

"Para una selección justa, todo el mundo tiene que pasar la misma prueba:
por favor, trepen a aquel árbol"


¿Existen normas universales? Quiero creer que sí: la regla de oro existe, quizá, en todas las creencias, expresada de una u otra manera (el Sé a los demás como quieras que sean contigo, Trata al prójimo como quieras ser tratado, No hagas lo que no quieras que te hagan, etc.) - eso sí, sin dogmatismos, sin imposiciones, aplicándolo primero a uno mismo.

¿El otolismo es una religión? No sé. ¿Es una creencia individualista? Hasta cierto punto, puede que lo sea. Yo prefiero creer que es, más bien, una propuesta a la introspección, a la reflexión, a pararse a pensar en lo que uno hace antes de ponerse a juzgar a otros. Es hacer examen de conciencia. Es creer que hay muchas formas de ser normal y de ser bueno. Es ser consciente de que desconocemos las circunstancias desde las que otros deciden. Es saber que tenemos mucha suerte si somos capaces de construirnos nuestro propio mundo. Es vivir y dejar vivir. Y en un desarrollo moral adecuado, incluye vivir con otros, ayudar al prójimo, pensar en los demás, desear el bien a todo el mundo, dentro de los límites de sociabilidad de cada cual.

Y como ya dije en otras ocasiones: aún hoy sigo creyendo que las religiones oficiales tienen su lugar en el mundo. Hay mucha gente a quien le sirve de guía para poder dedicarse a otros menesteres - es muy cómoda. Y hay gente que, reflexionando, buscando, descubren que hay una religión que, aparente o realmente, define sus objetivos morales, con la ventaja añadida de que coinciden con mucha otra gente. Me parece estupendo, respetable y casi hasta envidiable. De hecho, me encantaría conocer a otros otolistas, llamen a su sistema como lo llamen, para intercambiar ideas.

Quién sabe. Quizá un día.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Confusion on the net

Okay, it's been a while since I last wrote a post in English. Allow me to do an exception. Today I found this on a status on the net:

"[...] religious people vs. Atheist in US prisons (in 1997) from the Federal Bureau of Prisons is : Religious 99.791%, Atheist 00.209%. [...] That's a very disproportionately low total of Atheist in prison. In 2013 nearly 20% of US Citizens are currently non-religious. That's up from around 10% in the mid 90's. In 2013 %32 of people under 30 years old are non-religious. The non-religious US population has increased by 10% in the past 20 years. That's an average of .5% per year and it looks to be "snowballing". These figures indicate that as religion drops so does crime. Percentage of religious people in US prisons: http://www.holysmoke.org/icr-pri.htm Non-religious population in the US at 20% in 2012. http://en.wikipedia.org/wiki/Irreligion_in_the_United_States".

Sorry to contradict you, but these figures alone indicate nothing, unless you are totally biased. Let's look at the second link, where we have a table indicating that, in the US, irreligious people make up to 20% among whites, 16% among lations and 15% among africans. Considering the majority of the population in the US is still the whites, or the fact that:

"On June 30, 2006, an estimated 4.8% of black non-Hispanic men were in prison or jail, compared to 1.9% of Hispanic men of any race and 0.7% of white non-Hispanic men. U.S. Bureau of Justice Statistics"

it is not so easy to see a correlation. A graph may be more self-explicit:
Why are not black, or african, more than doubling the percentage of hispanics/latinos, when there's only 1% more of believers among blacks? If a 1% makes such a difference, why is not such a difference with the 4% between the Hispanich population and the White one? Just wondering.





Something else that I couldn't help doing was comparing the following maps:
(percentage of religious people in European coutries)

 (World prison population per 100 000 people, per country)

According to these wiki sources, the US lead the prison population per 100 000 people (more than 700) with the 20% of irreligious people mentioned above. The same wiki sources atribute to Spain a 7.6% atheists (24.1% if you count them together with the 16.5% of non-believers) - yet Spain has a prison population in the 100-150 frame. Then you have the Czech Republic, one of the least religious democratic countries in the world (if not the absolute first), with a 37% of "believers in nothing at all", whose prison population ranks in the 150-200 frame. Can someone explain this lack of correlation to me?

Another comparison worth making would be between the highly religious Turkey and the relatively mid- or low religious Baltic Republics. According to the original inference, Turkey should have a higher prison population than any of the three Baltic Republics. However, it is the other way round. Further more, out of the Three, Estonia has the lowest percentage of believers (10-20% - which is, again, one of the lowest worldwide), but has the highest prison population in the European Union. What can one easily infer there, if one would not mind the possibility of maybe having incomplete information? And remember - now we have more data than we had at the beginning. Still, I refuse to accept the easy option that the less believers, the higher the jail population. Things are not that easy.

A last example: if we move to other places in the world than just the EU, let's compare India, with a 19% of the population describing themselves as atheist, not religious or not sure (click here for the source - again, wiki). It's jail population is less than 50 per 100 000 people, one of the lowest in the world. The US, with a similar percentage of non-believers, is on the other end, with the highest jail population in the world, as it was mentioned before.

It seems to be a correlation between prison population and belief in the US as a whole. However, our sources, which come from the same source as the ones provided in the original status, prove this correlation is not universal - not even in the US. We could just as simply infer that religious people don't mind paying with freedom for their crimes, while non-religious pay with money and remain free. But seriously, provided the given sources by either of us are reliable in their "wikiness", the only thing that we can infer deduce is that believing in something or belonging to a religion is not going to make a criminal out of anybody.

Live and let live. Give respect and you'll get respect back. If you connect religion with those that abuse religion, don't be surprised the day someone connects atheism with those that abuse atheism - hell, they exist too!! Surf the net and find them. Be serious.

My sources:

http://en.wikipedia.org/wiki/Irreligion_in_the_United_States

http://en.wikipedia.org/wiki/Incarceration_in_the_United_States

http://en.wikipedia.org/wiki/Demographics_of_atheism

And for an extra map: http://en.wikipedia.org/wiki/Irreligion

domingo, 15 de septiembre de 2013

Vals migrañoso

Me decía mi profesor de guitarra, en una crítica muy constructiva, que en algunos pasajes de mis últimas obras hay demasiada cabeza y poca intuición, poco sentimiento (traducido libremente). Ayer, sumido en otra migraña de esas que últimamente me acosan con renovadas frecuencia y fuerzas, sentado al piano, empecé a tocar lo que me iba viniendo.

El resultado es mi Vals migrañoso, opus varioscientosypico. No tengo ninguna intención de escribir más cosas en esa línea, como mucho quizá podría escribir una continuación, pero realmente creo que escribir con los sentimientos no es lo que me va.

¿Qué tiene de particular esta pieza? Pues que uno puede oír las estridencias de Bartók sin su sentimiento tonal (léase: indigerible), la lógica de Blacher sin su ligereza (= machacante), y luego una mezcolanza caótica de dolor de cabeza y de corazón, de tristeza, esquizofrenia, testosterona, somnolencia, más tristeza, desorientación, indolencia (pasotismo). Es una pieza que pertenece a otro mundo, es tremendamente térrea, por no decir inframundial. Es infumable. Me da miedo, un miedo atávico a un animal que llevo dentro, a sólo uno de ellos, uno al que no conozco, y que pertenece a mi lado oscuro.

La pieza me aterra y me fascina a partes iguales. Parece la pieza de ese loco que no creo ser. Huele a podredumbre de civilización.

Lo peor de todo es que, habiéndola escrito sin lógica consciente, le veo la lógica a toda ella.

Escúchala, o peor aún, tócala tres veces seguidas, y quizá te cambie tu forma de entender la música. O no. A mí me ha cambiado la percepción de mí mismo. Estoy como si acabara de abrir los ojos después de que me hubieran abofeteado hasta dejarme inconsciente.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Habaděj [hábadyey]

Jo*er qué día. O qué fin de semana.

Ha tenido cosas muy bonitas. Mi visita a mi amigo Marcin o a casa de Klára y su familia. También he conseguido hacer un montón de cosas en casa (lavar la ropa, tenderla, recogerla seca, guardarla en su sitio; limpiar el suelo de toda la casa y pasar el polvo a otra media; clarinete, guitarra, canto, composición; atención a las plantas; ejercicio y más ejercicio; etc.)

Emocionalmente, esto ha sido una montaña rusa. Imaginemos ahora, sin aplicármelo a mi: el que te diga lo mucho que le gustas una casada que te gusta es un hueso duro de roer (y no, no es quien estáis pensando, ni soy yo - de momento), sobre todo cuando no te gusta comer de plato ajeno. El que le venga a uno la chica-que-parece-en-ciernes con un montón de reproches injustificados cuando uno está planteándose cambiar de continente por ella es una patada en el tobillo que te caes. El que tu ex te llame antes de irse de esas vacaciones que contigo nunca podía hacer, y ahora sí puede hacerlas porque para eso ya no estorbas, no mola. El que quieran echarte de una iglesia cuando entras a rezar no parece tener mucho sentido. Y así, con estas líneas generales que podrían aplicársele a cualquiera, yo cambio algunos pequeños detalles aquí y allá y puedo completar la base de tormenta emocional sobre la que se ha ido construyendo mi fin de semana.

Lo de menos ha sido la migraña de hoy, sinceramente.

Y cuando ya estoy para cerrar el ordenador, me llega un mensaje de un gran amigo anunciando una despedida-para-siempre que ha sufrido con un ser querido. Para qué dar más detalles. Seguramente, él preferiría mi fin de semana, con todas sus cosas malas. Y yo lo comprendo. Apretaré los dientes y disfrutaré de mi migraña, de ese recordatorio de que sigo vivo. Y a pensar en las cosas bonitas de estos tres días, que para eso las ha habido habaděj.




lunes, 26 de agosto de 2013

Los gigantes de mi circo

Algunos de mis lectores recordarán, quizá, una entrada de bitácora que escribí el verano pasado, acerca de mis dificultades para poder comenzar mis estudios de música. Tal vez, incluso, recuerden otros comentarios posteriores sobre lo mismo.

Y lo peor no es que siga la tendencia, con cosas tan casualitosas como el que tenga que dejar de tocar el clarinete porque no encajan las piezas debido a la humedad santanderina (y en este momento, el clarinete está en reparación), el que se confundan en la escuela y me manden los materiales a España estando yo de vuelta en Bohemia (con el consiguiente retraso - y el tiempo de estudio, corriendo, claro) o que cuando por fin me llega el nuevo arco para el violín y abro el paquete, el arco está quebrado e inutilizable, y por el tipo de envío me dicen que no lo puedo reclamar. Fantástico. Estos dos últimos eventos, a fecha de hoy.

Lo peor no es tampoco el que estas levedades, pues no son más que eso, estén lloviendo sobre mojado, ni que empiece a cansarme el luchar contra la adversidad, contra cualquier adversidad relacionada con mi música.

Lo peor, de todo ello, tampoco es ver la chispa en los ojos de algunos que se llaman amigos y a quienes divierte que me frustre todo esto. El saber que los amigos de verdad están demasiado lejos. El saberme solo en el mundo de la música, porque una gran mayoría de músicos parece estar compuesta de seres endiosados que sólo quieren ser escuchados y no están dispuestos a dedicar ni un minuto de su tiempo a la música del prójimo, especialmente menos cuanto más cercano sea este prójimo. Sí, utilizo la tercera persona, no me incluyo en los músicos endiosados, porque he seguido dedicando mi tiempo a muchos de esos, que son amigos para hacerme el chantaje emocional que me lleve a sus conciertos de dos horas, pero no lo son cuando les pido una breve crítica constructiva o diez minutos de su atención.

Así que ya me habréis oído decir que un amigo músico es, con harta frecuencia, una contradicción. No siempre es así, claro; y las excepciones son tremendamente honrosas, especialmente por ser tan excepcionales. Entre las personas músicas a quienes considero amigas están Héctor, Bea, Itzíar y unos pocos más.

Pero ése no es el tema.

Por supuesto que luego tengo unos pocos muy, muy buenos amigos, muy cercanos, que sé que me quieren y me desean todo lo mejor y yo a ellos. Sabéis quiénes sois. Os he enviado por correo-e en algún momento mis composiciones del último año. Me habéis contestado. Las últimas seis palabras de esta bitácora son vuestras.

Pero ése tampoco es el tema.

El tema es que me estoy volviendo paranoico. Y eso es aún peor que la desilusión, que la desgana, que la falta de motivación, que la soledad. El ver enemigos que la razón te dice que no pueden estar ahí y que el corazón y el hemisferio derecho te dicen que al lorito, Jorgito, es algo que me está quemando antes de empezar a correr. Porque, claro, no hay nada de malo en que alguien te pregunte, tras cinco años de relación con alguien, "Y ¿qué tal con tu pareja?". Hasta ahí, perfecto. Incluso demuestra un interés sano. Supongo que cuando preguntan "¿Seguís juntos?" una y otra vez, tampoco habrá nada de malo, pero mi mente paranoica lo interpreta de tal modo que me dan ganas de responder "A ver, ñordo, ¿por qué no habríamos de seguir juntos? Que no nos conocimos la semana pasada". Así que luego te separas y a los de semejantes preguntas les mientes, porque no te apetece darles la alegría de tu fracaso.

Ya digo, paranoico total. En la música, en la escritura, en la vida personal.

Probablemente, si estás leyendo esto, pertenezcas a la categoría de amigos (músicos o no) o a la de desconocidos. Habrá amigos auténticos que no sepan que el texto existe, y esos no lo leerán por falta de oportunidad. Los falsos amigos no leerán esto por absoluta falta de interés. Como mucho, harán un escaneo del texto para encontrar motivos a una condescendencia absurda, cruel e injustificable. Si te lo has leído todo hasta aquí, probablemente nada de lo negativo se refiera a ti. Probablemente sea a ti a quien necesitaba contarle todo esto. Probablemente, recibiré noticias tuyas, de un modo u otro, si tienes tiempo, si tienes la oportunidad, si lo consideras necesario. Y si no, tendrás buenos motivos para ello. Lo sé.

Yo sé que existes, con varios nombres; y será por ti que siga luchando.


jueves, 1 de agosto de 2013

En el nivel 92, se acabó el Candy Crush Saga. No juego más. He jugado ese nivel dos veces. Me resulta tan antipático que me ha amargado el juego. O eso, o me saturé. como tantas otras cosas que me saturaron en el año 91 y que decidí acabarlas para siempre. En el 92 comenzó la nueva Gran Etapa de mi vida, cuando comencé a vivir la vida como yo la quería. Y en el 2012, comencé a disfrutarla a otro nivel. Los cuarenta años. Ya tengo 41 con 12 días, 4 horas y 8 minutos. Estamos a mediados del 2013 (20+13 = 33, más 0,5 = 33,5). Se acabó el Candy Crush.

Esos +33,5ºC grados de hoy en Vega de Pas (+92ºF) que se marcaban como +45ºC en Selaya y se sentían como >+60ºC pasado el desvío hacia Pisueña, pueden haber influido en esta decisión. El azúcar ya estaba chamuscado y se me carbonizó el caramelo.

La vida puede ser un infierno, dentro y fuera de uno mismo, con la ayuda del tiempo y de las personas adecuadas. Parafraseando a mi amigo Fercho, a alguna gente se la puede considerar tiempo pasado, tiempo presente, tiempo perdido o una combinación de primero y tercero. Ya está bien de perder el tiempo y de pasarlo perdiéndolo.

Se acabó el Candy. Crush.

A por la Saga.

viernes, 26 de julio de 2013

Breve clasificación de algunos bienes

(texto incompleto)
Agotables

Bienes de los que se puede consumir sin límite, porque son recuperables y cuyo consumo excesivo no produce ningún efecto medioambiental no deseado. Ejemplo: fruta en plantaciones.

Recursos

Bienes que se pueden consumir dentro de un límite que permita su recuperación y/o que no produzca efectos indeseados sobre el medio ambiente. Ejemplo: la madera, los bosques.

[...]

Valores

Bienes que pueden aprovecharse maximalizando en todo momento su cuidado, porque son irreemplazables. Idealmente, no deberían sufrir desgaste alguno. Cuando no haya alternativa, debería considerarse seriamente cambiar los objetivos que hacen considerar a los valores como "recursos" y actuar, en general, de un modo aún más estricto que en el trato de los [...]. Ejemplo: las montañas / las rocas.

domingo, 21 de julio de 2013

Si comparas, compara bien o para.

Pues hete aquí que me dice un señor en la playa que Santander está fatal construida y que no hay monumentos y que no se puede comparar con Bilbao o San Sebastián. La manida y tipiquísima frase que nunca he conseguido entender y no acepto. Pero vale, llámenme chovinista, seguro que lo soy.

Hace años, criticaba yo a Santander, lo poco cuidada que estaba, lo mal construida, lo contaminada, etc. Quizá tuviera razón, quizá no. Lustros en el extranjero nos dieron la oportunidad a mi ciudad natal y a mí de cambiar. Volví a una ciudad cuyo callejero había cambiado un tercio de los nombres (según datos oficiales del Ayuntamiento), con barrios enteros nuevos como el Alisal, con edificios renovados, limpiados, espacios públicos saneados, una inversión visible y razonable en infraestructuras (desde las paradas de autobús al sistema de alquiler de bicicletas, por poner algún ejemplo)... La lista continúa.

Pese a ello, me sorprendió en su día que me dijeran en mi adoptiva České Budějovice algunos checos que les había flipado Santander, y que aquello era una ciudad con encanto y arquitectura con personalidad, no lo suyo, cuyo ayuntamiento tiene el aspecto siguiente:
y cuyo casco histórico es una sucesión de edificios pintorescos de una amplia variedad de estilos y épocas, todo dentro de un ambiente centro europeo que a los ibéricos nos resulta bastante coherente en su conjunto.

Eso es lo que les pasa a los centroeuropeos en Santander. No estoy comparándola con otras ciudades españolas, sino con las ciudades centroeuropeas que he tenido la fortuna de conocer. Santander no sale mal parada en la comparación, entre otras cosas por su diferencia. Y es que ya lo decía Saussure, que es la diferencia la que es significativa, la que es importante. Y además, tiene su propia personalidad, su estilo, constituido por el conjunto que va desde las casucas de la bajada de Polio hasta el Palacio de la Magdalena.

Pero bien, volviendo a la playa, yo intentaba defender mi ciudad natal. La conversación seguía. Yo dije que no estaba de acuerdo con aquello de que en Santander no hay nada digno de mención. Que en Santander hay edificios que en otras ciudades fliparíamos con ellos y nos haríamos fotos si estuvieran catalogados o presentados como se merecen. Ya mencioné en su día la cantidad de vanguardias que hay escondidas por toda la ciudad. ¿Quién recuerda el aspecto anterior del edificio del Banco Vitalicio? Y no es el único edificio que ganó (o ganaría) con una restauración. ¿Nadie ha visto a los turistas haciéndose fotos en el paseo de Pereda o de la Asunción, en la calles Burgos y Vargas, en el Sardinero, en el Puerto, frente al Ayuntamiento, en las plazas de Cañadío, La Esperanza, Porticada y un larguísimo etcétera? ¿No se os ha saturado un extranjero viendo chalecitos del mismo modo que los españoles nos saturamos viendo la arquitectura neoclasicista en Praga? ¿No os ha pedido gente de fuera que les llevéis andando a esos sitios por los que pasasteis en coche, que quieren volver a verlo y deleitarse? ¿Soy el único al que le pasa, o el único que se da cuenta?

La conversación de la playa seguía por un derrotero que me cansa de tanto oírlo: "fíjate que feo es Santander por ESTO" y "qué bonito es -otrositio- por ESTO". Señoras, señores, señoritas y señoritos, POR FAVOR: si vamos a decir lo bonito que es un sitio por las cosas maravillosas, mencionemos lo maravilloso de todos los sitios. Si vamos a criticar lo feo de un sitio, centrémonos ancués en lo feo del otro lugar con el que comparamos. Eso, ya, si queremos comparar, que no se trata de comparar, sino de saber valorar. Puede que le sorprenda a alguien que me dijera un amigo australiano "Peazo playas flipantes que tenéis allí" - hasta que te manda la foto que estaba viendo (y que no es, ni con mucho, la más espectacular de las que existen de las playas de Santander capital):


Yo valoro mi ciudad natal por lo que contiene, conserva y consigue. Y si comparo, la valoro aún más. Ya he mencionado alguna vez que me gusta la Catedral de Santander. No es que no me gusten el Románico, el Gótico, el Cubismo arquitectónico o el Skyline de Madrid: me encantan. Creo que he viajado lo suficiente para saber valorar la Catedral de Santander por su unicidad. No hay otra como ella. No me vengan con los criterios estéticos, porque son subjetivos: si todos tuviéramos el mismo gusto, todos querrían casarse con la misma persona, usar el mismo coche, vivir en el mismo sitio, comer la misma comida y vestirse e-xac-ta-men-te igual. La estética, la belleza, es subjetiva y todo el mundo tiene derecho a que le guste lo que le guste. A mí esta visión me chifla:


Pero claro, a mi interlocutor nuestra Catedral le parecía fea (o poco valiosa, o poco estética, o como quiera que lo dijera, porque tengo que reconocer que yo no estaba ya muy receptivo). ¿El motivo? Entre otros, que tiene la torre chata. No se puede comparar con joyas como Notre Dame de París.


Seguramente sea cierto que Notre Dame de París (no tengo el gusto todavía) valga más desde variados criterios estéticos, arquitectónicos, políticos, gastronómicos y escatológicos. Claro que, si hablamos de invalidar por torres chatas... Notre Dame tiene dos... ¡y qué dos!

Eso ya no se lo dije. Interrumpí la conversación y me fui a dar un cole. Que para eso estoy de vacaciones.

Me encanta Santander.

viernes, 19 de julio de 2013

Unas horucas antes de los 41

La gente no entiende que a uno no le mueva el dinero. Me encuentro constantemente con amigos y familiares que me ofrecen formas de ganar más, de tener más. Muy poquita gente te ofrece "ser más feliz" - y de esos, me temo que nadie te ha preguntado antes si eres feliz. Pues ahora mismo no, no soy feliz, pero no quiero soluciones de fuera. Tengo que sacarme yo las castañas del fuego. Y no quiero ni más ni menos dinero, porque el metal no da la felicidad. Sé de lo que hablo. La fama tampoco. La tuve y no la quiero. La salud la perdí y la recuperé, ésa sí que la quiero. La familia y la amistad, el puesto de trabajo, la autoestima equilibrada, eso no me lo puede vender nadie y lo tengo que mantener yo, nadie lo puede hacer por mí. No sé a cuénto de qué viene esto, quizá sólo sean mis 41 tacucos. Y de gente que me agobia con negocios extraños y propuestas de matrimonio sin conocerme. Ja, ja, ja.

jueves, 11 de julio de 2013

La vida empezaba a los cuarenta

Llevo ya un mes soñando con relativa frecuencia en música. Antes me pasaba de forma absolutamente excepcional: creo que de media no salía ni una vez por lustro. Algo ha cambiado. No pasa una semana sin que sueñe en música. A veces, me sucede hasta tres veces en la misma siesta. Ya lo decían, ya, que la vida empieza a los cuarenta.

Y sí, hace un año menos nueve días que tuve probablemente el peor despertar de mi vida, y me dije que si los próximos cuarenta iban a ser así o peores, pues mal empezaba la segunda parte. Sin embargo, mi vida musical ha dado otro giro tremendo (y la personal, ídem). Creo que fue en el 2009 ó 2010 cuando contacté al profesor Rejšek, que me introdujo al mundo de las formas musicales y me ayudó a poner un pie en el mundo clásico. Un año después, escuchando obras de música clásica contemporánea, como el Job de Eben, podía ya disfrutarlo de un modo diferente, escuchando varias voces a la vez y percibiendo aspectos formales que, un año antes, existían tan sólo de forma inconsciente, o ni eso.

Hace un año, por tanto, llevaba ya varios años estudiando música composición bien como autodidacta (principalmente), bien con apoyos más o menos puntuales (mis estudios de música -solfeo, piano, canto coral- en Musical Cantabria fueron otro punto de inflexión positivo aún más atrás en el tiempo, de los que ya he hablado y hablaré). Hace un año, acababa de empezar la aventura de estudiar en el OCA, había descubierto los Encuentros de Música y Academia de Santander, seguía convencido de que los estudios de música te ayudan a disfrutar de la música de otro modo, pero ni más ni mejor...

Claro que hace un año no había tenido una experiencia orgásmica de cinco minutos escuchando el Arte de la Fuga de Bach, orgasmúsico que repetí hasta quedar reventado 20 minutos después. Estudiar composición sí que ayuda a disfrutar de la música más y mejor. Y se me ha confirmado mi sospecha de que necesitaba tener unos estudios formales de composición.

Hace un año, no sabía apenas nada del viento madera, de los instrumentos de percusión, de cantidad de compositores (¡y algunas compositrices!), de tantas y tantas cosas. Hace un año, ni se me pasaba por la cabeza que iba a tocar el clarinete. No sospechaba que iba a componer piezas como las que he compuesto. Tenía una idea de cómo iba a sonar, y salió algo totalmente inesperado por mí.

Hace un año, tan sólo una vez había escrito música por la calle, sin necesidad de tener un instrumento delante. Esta semana ya he esbozado varias piezas estando fuera de casa. Me asaltan en cualquier momento y lugar, y tengo que ponerlas por escrito. Sí, son sencillas: por mucho cuarteto de viento madera de que se trate, las armonías, melodías y ritmos no son de caerse de coxis; pero me da una autonomía, una independencia de la tecnología, que me llena de alegría, porque... para qué nos vamos a engañar, uno enciende el ordechufla y se cuelga de internet en verde trabajar.

Los judíos vagaron por el desierto 40 años hasta llegar a la tierra prometida. La semana que viene culmino el cuadragésimo primer año de vida llorando y riendo por el mundo. Y puedo certificar que, me quede lo que me quede, la vida empezaba a los cuarenta (má o meno). De verdad de la buena que sí.

domingo, 9 de junio de 2013

Las oportunidades perdidas

Me decía ayer un amigo que, cuando alguien pone los cuernos a otra persona y ésta es fiel, le están bien empleados los cuernos, más o menos. Y que igual al fiel un día le pesaban las oportunidades perdidas. Que a este amigo le habían puesto los cuernos y ahora él se los ponía a su pareja. En secreto, claro, que si no pierde la gracia.

Sé que mucha gente lo ve así. Yo no he perdido ninguna oportunidad. Muy resumido: en repetidas ocasiones, se me ha ofrecido la posibilidad de practicar el autocontrol, de disfrutar del uso del poder más difícil que existe: sobre uno mismo. He tenido muchas oportunidades en esta vida de vivir de forma auténtica, de decir la verdad, de crecer como persona y vencer a los instintos para conocer otras realidades, otras formas de pensar. Que a los instintos también me he sometido, claro, y lo he disfrutado; eso sí, sin dejar que me dominen. No en vano, mi órgano sensitivo número uno es el cerebro, y no hay mayor placer que excitarlo con nuevos conocimientos, con nuevos retos, con nuevas perspectivas.

Claro que a veces me dejo llevar. Como todos. Claro que a veces mandan otros órganos. Ni soy perfecto ni lo quiero ser. Otra cosa es que me gusta ser cada día una versión un poco mejor de mí mismo. No me gusta la venganza. No voy a ponerle cuernos a nadie porque a mí me los hayan puesto. No voy a hacerle pagar el pato a quien aún no me ha hecho nada, que yo sepa. Quiero poder confiar en la gente aunque a veces me lleve el castañazo.

Claro que a veces no soy auténtico - aunque eso sí que me gustaría serlo.

Me alegra haber sabido aprovechar algunas oportunidades. De las de mi gusto, claro. Y cada cual que disfrute las suyas como quiera.

Ya terminaré esto otro día, que viene tormenta (atmosférica, vamos).

Posibles reacciones a un divorcio

Quizá alguno haya leído ya un poema mío con preguntas y respuestas a la muerte de un cercano, en el que juego con las preguntas que oímos o que hacemos y que, en muchos casos, son inoportunas, inadecuadas y con poco tacto. El poema en cuestión no era autobiográfico, sino que surgió a raíz de que falleciera alguien cercano a un compañero. Las preguntas que la gente hacía eran odiosas. En la misma línea de reflexión van las líneas siguientes (su formulación podría haber sido diferente, quedémonos con las ideas generales). Las circunstancias de este texto son diferentes.
  • Pero, ¿estabas casado?
  • Ya me imaginaba que no duraríais mucho...
  • ¿Qué le hiciste?
  • La culpa siempre es de los dos
  • Es que cualquiera te aguanta
  • ¿Y qué va a ser de ti ahora?
  • Tú eres mi amigo, pero con tu ex me llevo super bien, lo siento
  • Te está bien empleado, por tonto
  • Entonces, ¿ya estás libre? ¿Cuándo quedamos?
  • Que le den.
  • Estás de broma, ¿no? Si hacíais una pareja perfecta
  • (silencio - ni una llamada, ni un mensaje, CERO)
Y tantas otras posibles. Que Dios nos pille confesados a todos. Si un día uno se divorcia, descubre que el mundo estaba en su contra, esperando a la oportunidad de atacar. Con un poco de suerte, tendrá amigos y familiares incondicionales. Con menos suerte, saltará por la ventana. Algunas posibles respuestas son de agradecer. Otras son para meterle un puño a alguien.

Fin de semana de no parar

Horas de clarinete, de piano, de guitarra, de canto.
La cocina, desengrasada, todo limpio y en su sitio.
El suelo de toda la casa, barrido, aspirado y fregado.
El baño y el aseo, pasados el polvo, limpios, desinfectados.
Comidas y cenas preparadas, comidas y digeridas.
Toooda la ropa (incluida la de cama) lavada, tendida y después guardada.
Las manchas de la alfombra, DESAPARECIDAS.
Los espejos, como una patena.
El salón, de exposición o de revista.
La jaula de la cotorra, sin una cagalita.
El trastero organizado.
Las plantas, regadas, podadas y recolocadas.
Los plásticos, vidrios, papeles y cartones, reciclados.
El aluminio y los tapones, enjaretados.
Si no hubiera hecho fotos del antes y el después, no me creería que no han pasado ni cuarenta horas.

Para la próxima me quedan las ventanas, cambiar algunas plantas de tiesto, el otro cuarto, el otro trastero, el garaje y la nevera. Y poner la bici y el ánimo a punto. Pero me temo que éste último me va a llevar más tiempo...

jueves, 2 de mayo de 2013

Dos festivos

Pues no puedo decir que haya perdido el tiempo ni que lo haya aprovechado. He hecho cosas para la escuela (la de trabajo y la de estudio - en esta segunda, he compuesto 5 páginas de música, he escrito en mi blog de estudiante, he revisado trabajos, he ordenado archivos en el compu), he hecho cosas para la casa (limpiar, fregar, lavar, recoger ropa, no sé, lo típico), he escrito dos relatos (uno en checo, uno en castellano), he escuchado música (y he sobrevivido a la del siglo XX), he tocado la guitarra y el piano, he jugado con Perejil, he descansado, he dormido las mañanas (las dos), he reorganizado, repasado, reescrito y continuado mi tercera novela... No han sido unos días de actividad extenuante, porque hoy he tenido migraña y ello me ha hecho perder demasiado tiempo (sin contar el chateo y similares), pero creo que dentro de 30 años me parecerá toda una proeza :)

Y vosotros, ¿qué tal estáis pasando la semana, hasta ahora?

viernes, 29 de marzo de 2013

La corona

Muchos checos están orgullosos, aún hoy, de no tener el euro. Cuando comenzó la crisis y se habló de que Grecia iba a dejar la Eurozona en un plazo de dos meses (y al cabo de dos meses decían que en otros dos, y ahí sigue), muchos se reían del euro, y que qué bien estábamos con la corona. Cierto, no se han cumplido los criterios para tener el euro; y además, teníamos un veto presidencial (de un presidente al que ya se le terminó la presidencia, por fin). Algunos hemos aguantado más de una chanza por querer euros en vez de coronas. Y quién sabe, quizá tengan razón en rechazar la moneda única.

Prefiero las coronas por muchos motivos. Algunos son totalmente triviales, como que los billetes y monedas son más bonitos (y el papel, de mejor calidad), ver caras impresas te hace ver estos pagarés modernos como algo más humano, desde el punto de vista numismático su aspecto no está tan gastado por verlo en todos lados, y en esta sociedad individualista nuestra y en eterna búsqueda de la personalización, uno se siente como más especial, más único y esas cosas. No me tira el orgullo patrio, porque en ese sentido prefiero los reales a la corona, que todo queda en la corte. Cortés dice.

Claro que también me gusta la estabilidad. No creo que Europa se vaya a ir al garete por el euro, ni por Grecia. No creo que el poder adquisitivo de los alemanes o los franceses vaya a caer tan dramáticamente en los próximo años (ya veremos qué les hacen las economías asiáticas en cuatro o cinco lustros). Los sueldos pueden caer, pero al fin y al cabo, con ese dinero van a comprar en Europa. Y ¿dónde compramos los que recibimos nuestro sueldo en coronas?

En Europa.

De los cuatro países con los que tenemos frontera, tres usan el euro (Alemania, Austria, Eslovaquia). De ellos, es de la economía alemana de la que más depende la checa. ¿Qué ventajas puede tener, desde mi laico punto de vista, que aquí tengamos coronas? Muchas: el día que la industria alemana, con todos los trabajadores que tiene en la Rep. Checa, necesite bajar el sueldo a sus trabajadores, sólo tiene que modificar el tipo de cambio. Y nadie se enfada con su jefe, oyes. Qué fetén.

Cuando en las noticias de mi país adoptivo aparecía que la corona se estaba fortaleciendo y nadie sabía por qué, no era difícil ver que la cosa tenía un tope. Los checos, y los inmigrantes en la Rep. Checa, no iban a alcanzar al cambio los sueldos de Papi Germán. Ni de lejos. Pero se les podía tener en una burbuja de felicidad un tiempo, que tuvieran unas buenas vacaciones un par de veranos, antes de que hiciera falta bajarle los humos a las coronas.

Ya decíamos hace un año que un buen momento para comenzar la caída podría ser la marcha de Klaun Klaus. Ojalá no sea cierto, y esa pérdida de un 3-4% de las últimas semanas sea sólo un susto. Ojalá me equivoque y tenga que unirme a los que se ríen de mí por no confiar tanto en la corona.

sábado, 2 de marzo de 2013

Los siete placeres

El otro día hablaban en la sauna de cuáles son los siete mayores placeres. Mencionaron la lista completa y luego empezaron las conjeturas: ¿cuántos a la vez se pueden combinar, y cuáles?

Yo tengo mis propios placeres. Uno es la música. Es tan absoluto, que me cuesta combinarlo con los otros. Me absorbe. Me lleva al trance. Lo mismo me sucede a veces cuando bailo, pero menos. Y otro de los mayores que tengo es el deporte ejercicio físico (supongo que para algunos, el nirvana sea una forma de gol eterno).

Al final pondré la lista, pero ¿cuáles tienen ustedes? Y ¿cuáles creen que son los placeres mayores que puede tener el ser humano?

La discusión siguió adelante. A mí algunos no me parecían placeres, sino formas de alivio. Que el alivio sea una forma de placer, no lo discuto: pero el trasfondo de una caricia y de un rascado es diferente, en aquélla siendo que buscas mejorar tu situación desde un punto, digamos, neutro, mientras que en el rascado buscas solucionar un problema (el picor) para llegar al punto neutro.

Hace unos años estuve en Estambul con un viaje de fin de curso. Visitamos un hammam. Al acabar el masaje, nos metimos varios en un espacio con una fuente de agua fría y cubetas, con las que nos echábamos el agua fría por la cabeza, intentando enfriar el cuerpo. Uno de mis estudiantes dijo, en un momento, que eso era mejor que un orgasmo. En esas se dieron cuenta de que había un profesor con ellos, todos se callaron y me miraron. Yo no pude evitarlo. Dije, muy serio: "Hay una diferencia: esto se puede repetir cuantas veces quieras".

Pero hay otras. Dependiendo de la sensibilidad del oyente, ciertas piezas musicales le pueden llevar a situaciones de transposición superiores a cualquiera aportada por el tacto, sexo incluido. La diferencia, en este caso, no estriba sólo en la posibilidad de repetir una y otra vez, sino en el tiempo transcurrido en éxtasis. Ninguna experiencia de lo palpable (ni siquiera el baile), hasta hoy, me ha tenido traspuesto durante cinco o diez minutos seguidos. No exagero al contarlo, sólo lo vivo de forma exagerada. A Dios gracias.

¿Y cuáles son los famosos siete placeres? ¿Ya han pensado los que podrían ser? Les añado la lista, con mi opinión de si es placer real o más bien alivio.

La lista que me dijeron era la siguiente:
  1. comer (p)
  2. beber (p)
  3. hacer el amor (p)
  4. lavarse (p)
  5. defecar (a)
  6. orinar (a)
  7. dormir (¿¿??)
Lo del dormir es algo que no me explico... Si fuera descansar, lo pondría entre los alivios, pero es que yo, personalmente, cuando estoy durmiendo no me entero.

¿A dónde vamos?

En la serie de preguntas "quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos" a mí siempre me ha faltado el "dónde estamos". Puede parecer una pregunta muy tonta; pero es mucho más fácil responder a la tercera si sabemos contestar bien a la añadida. Cierto: podría considerarse ésta una parte del "quiénes somos".

En cualquier caso, últimamente me he encontrado en diferentes contextos con la pregunta de adónde va la música (entiéndase clásica), y si es posible hacer algo nuevo. De acuerdo con Marcus Weeks, esa pregunta se la han hecho ya en todas las épocas. Weeks, incluso, se aventura a proponer varios posibles caminos por los que la música podría evolucionar. Dice que el nacionalismo llevó al internacionalismo, el Este y el Oeste están mezclados desde hace años, y es difícil encontrar influencias de otras culturas. "El minimalismo ya está perdiendo fuerza" (cito), y quizá la respuesta esté en dejarse influir por la música popular, otra vez, o entrar en un neorromanticismo. También dice que la música "seria" y el público, durante el siglo XX, alcanzaron su punto de mayor separación en la Historia, separación que parece estarse reduciendo de nuevo.

Lo veo no sólo en mi caso, sino en los programas de los conciertos. Quizá es que hace años no veía lo que no quería ver, o que había nombres que no aparecían nunca, el caso es que, en los últimos años, veo nombres nuevos con una frecuencia cada vez mayor. Y ojo, que cuando digo nombres nuevos, no me refiero sólo a compositores modernos, como Pärt o Gorecki, sino también a nombres que no había oído jamás de compositores que ya llevan criando malvas cientos de años, como Zelenka, Josquin, von Bingen o Rameau, y que merecen el tiempo dedicado a escucharlos.

Pero permítanme volver a mi pregunta: ¿a dónde vamos? ¿Vamos a un nuevo estilo, o a una mezcla de ellos? ¿Y quiénes somos los que vamos? En el mundo occidental, somos una sociedad individualista, que busca la diferenciación, la personalización, y también busca algo nuevo constantemente. ¿Estamos dispuestos a conformarnos con la música de Britten o Blacher (ya difuntos) o la del ya mencionado Pärt? ¿Nos llena? ¿Nos basta?

Y los músicos (compositores), ¿están dispuestos a copiar el estilo de otros? Muchos lo hacen, y no tienen duelo en decir lo diferentes que son del resto, ciegos a la semejanza. Y nadie parece decirles "oye, que lo que tú haces es poco original". Hay que ser diferente, pero lo suficientemente igual para entrar por la oreja a la primera y que te digan lo buenísimo que eres, aunque no seas más que técnicamente perfecto.

Otra vez me voy por peteneras. Creo que es difícil que surja un movimiento musical que suene unitario, y no porque los caminos de la tonalidad y la atonalidad estén agotados, ni porque no pueda haber ya nada nuevo bajo el slo, sino porque cada compositor quiere ser único en su especie y no copiar a nadie, ser original y seguir su propio camino jamás antes hollado por nadie. Algunos, incluso, queremos hacer algo nuevo con cada nueva composición. Con semejante caleidoscopio, encuéntrenme dos cuentas iguales para hacerme sendos pendientes con estilo.

El camino, parece ser, está ya definido por la experimentación constante.

¿Y el público?

Marcus Weeks tiene razón en que tenemos que aprender de la música popular (entiéndase no sólo pop y rock, sino también hip-hop, rap, trance, etc). Hay muchas fórmulas de éxito que pueden funcionar muy bien entre la gente joven. La gente quiere poder cantar lo que oyen. Olvídate de arias, quiero algo que no sea difícil, y que tenga un mensaje, y a ser posible un estribillo que me aprenda antes de que acabes la canción. Los musicales están bien para verlos, pero no para escuchárselos (en general). Y además, hay que cambiar la forma (y el precio) de presentar la música. Estoy seguro de que hay formas de agradar al público, a los músicos profesionales y a uno mismo.

Mis Hlavolamy no son la respuesta; pero quizá lo sean los rompecabezas de otros.

viernes, 11 de enero de 2013

¿Cantidad o calidad?

Acabo de leer un emilio del que extracto las primeras tres líneas de cinco:

Hola, mirad, he hecho un chiste para una paginaweb de cortos chiste de treinta segundos. No es nada del otro mundo y dura sólo 30 segundos, pero si lo vierais y se contara otra visita, nos haríais un favor a los que lo hemos hecho, pues mientras más gente lo vea a lo mejor tenemos alguna posibilidad de premio, independientemente de la calidad. Este es el link

Las otras dos líneas son el enlace en cuestión y la despedida.

Me encantaría echarle un vistazo al enlace y poder ayudar al remitente a hacer vídeos cada vez mejores. Sin embargo, evidentemente, lo que le interesa no es hacer un buen trabajo, sino ser popular. Y le interesa ser popular para ganar un premio. Y para conseguirlo, no duda en hacer chantaje emocional a las personas de su lista de correo.

Este tipo de correos me trae a la mente varias ideas. La primera no es nueva: en internet, se cuenta el contenido mostrado, no necesariamente observado, ni necesariamente mostrado en su totalidad. Léase: si tú abres un vídeo de tutubo o de quien sea, ya cuenta como página visitada y les puntúa, para premios, para estadísticas, para aparecer en las noticias. Si lo que ves es una porquería y no aguantas más de 5 segundos, o si has pinchado en el enlace por accidente (que es lo mismo que decir "sin saber lo que querías ver"), etc etc., eso ya NO IMPORTA.

Parte de ello es culpa nuestra: muchas veces, no nos paramos a pinchar en un "me gusta / me disgusta" (posibilidad ofrecida por Youtube y por determinados complementos de Mozilla, entre muchos otros). Pero claro, tampoco se cuenta el número de visitas repetidas (Myspace cuenta el número de veces que suena una canción, independientemente de tu IP y del equipo que utilices). La gente que repite contenido, cierto, podrían ser los mismos que lo han colgado para pretender que su obra gusta. Parece ser que lo mejor es volver al voto de usuarios registrados, y crear una razón (o ratio) de "me gusta" dividido por "visto por usuarios registrados", cuyo valor, de 0 a 1, indique si ha gustado mucho o no a las personas reales que lo hayan visto.

En fin, todo eso era acerca de la primera reflexión. Se podría escribir más, pero pasemos a la segunda, que es más personal aún, y que se remite a otras ideas sobre el arte ya mencionadas con anterioridad: ¿para qué creamos? Algunos, para ser populares, o para ganar dinero. ¿Es ésa la finalidad primera del arte? Para mí, no lo es. Yo escribo para expresar ideas, preocupaciones, sentimientos, o para intentar crear algo bonito, que guste y que haga sentirse mejor a la gente que me importa. No escribo, no pinto, no diseño, para ganar ningún premio en una competición. Mi premio es la alegría en las caras de la gente a la que quiero.

Además, el arte me sirve como forma de crecimiento personal. Me ayuda a ser más crítico conmigo mismo, a aceptar mejor las críticas de otros. Me permite pensar de otro modo, evolucionar, avanzar. Más importante que un "me gusta / no me gusta" es el " ... porque..." que suele seguirlo. Me encanta que la gente me explique lo que les produce qué sensaciones, porque me permiten ser mejor artista con cada comentario. Claro está que yo luego decido el camino por el que ir, y que no escribo, ni compongo, ni dibujo, para gustar a todo el mundo, porque eso no es posible realista; pero esos comentarios te ayudan a conocer mejor también a la gente a la que quieres, a valorarles más, y contribuye a que, el día que quieres darles una alegría, tienes una idea mejor de cómo conseguirlo.

Es entonces cuando estás realmente cerca del premio que realmente importa: la felicidad de tus más allegados. Y las estadísticas te la pueden refanfinflar.