domingo, 30 de enero de 2011

La ilusión

La ilusión, en checo, no existe.

Cierto es que existe la ilusión como espejismo, iluze, klam. También tienen la ilusión de esperar a Ježíšek en Nochebuena, a lo que se refieren con la misma expresión de "ya tengo ganas de que llegue". Sólo que no es lo mismo tener ganas y tener ilusión.

La ilusión tiene mucho de sueño. En "La Camisa", de Lauro Olmo, el Tío Maravillas vende globos de colores. Lola dice de él que siempre va con su sueño a cuestas. Lo dice con el triple sentido del sueño de dormir, spánek; del sueño esperanzado de poder sacar unas perras para tener una vejez digna junto a su mujer, naděje; y del sueño de ilusión que vende a los niños: la ilusión de conseguir un globo de colores que no sirve para nada, y para el que los checos no tienen palabra, aunque curiosamente sí concepto -- Ježíšek (o, en España, los Reyes Magos).

No es lo mismo la ilusión de tener tu primera casa que la de tener un globo, porque la de la casa incluye a la del globo con unos valores añadidos y otros perdidos. La ilusión de la casa es justificable, y por tanto terrenal, aprehensible; la del globo es mágica, y va más allá del capricho, rozmar, al que también mencionan en el diccionario español-checo (y he de reconocer que fue una de las traducciones que se me ocurrieron, aunque la deseché casi de inmediato). No es klamná naděje, (esperanza vana o engañosa) y no son unas ganas locas de hacer algo. Se parece al miedo en cuanto a que desconocemos el objeto de nuestro sentimiento, en que es inexplicable, y en que puede afectar a nuestra percepción del tiempo, entre otros detalles. Difiere de dicho miedo, principalmente, en que es positivo y en que queremos que el tiempo acelere para que lo deseado llegue lo antes posible (con el miedo sólo esperamos que lo temido desaparezca cuanto antes, y no que llegue cuanto antes).

Cierto es que entre los significados que he encontrado hay uno que desconozco, tyl; y que, al mirar en sentido inverso, lo describe como nuestro tul o terciopelo. Pues eso tampoco es la ilusión.

Igual que en español no tenemos těšit se, en checo no tienen ilusión. Son conceptos emparentados, pero no son lo mismo. El que se těší, tiene muchas ganas de que algo pase, o está ya disfrutándolo; el que tiene ilusión, ve el mundo con ojos de niño, y cree que todo lo bueno es posible. Cuando van a llegar las navidades, el adulto se těší, por los regalos (futuro) o se těší con ellos (presente), mientras el niño tiene ilusión por los regalos (futuro) o los disfruta (presente).

Y no, no es tener ganas. Tener ganas de que llegue el viernes no es la ilusión de ver en qué será el próximo viernes diferente de los anteriores. La ilusión como sueño es ser el Principito, con ganas de tener un cordero, y ver que hay un piloto estrellado capaz de dibujarte tu cordero, que se mezcla después con la ilusión-espejismo al recibir el cordero perfecto en una caja cerrada.

Si los adultos tuvieran más ilusión... Si ésta fuera menos frágil... Quizá serían los adultos, y algunos pueblos, mucho menos pesimistas. O no. Porque podríamos entrar en el eterno debate del huevo y la gallina, aplicado al pesimismo y a la posesión de una palabra para referirse a la ilusión.

Y miren Ustedes, con el ave lo tengo más claro: primero fue el huevo.

3 comentarios:

  1. Lindo tu post, Otolio. Linda comparación lingüística, hecha con tu toque.

    Ahora que, te cuento, ¡lo conozco a Lauro Olmo! Tenía esa obrita, en una edición minúscula. Es que una librería se fundió, y vendieron "sobras" perdidísimas a precios muy baratos, y me hice de este dramaturgo.

    En fin: calculo que soy el único cordobés que lo ha leído. Ya no me acuerdo de casi nada. ¿Era la obra sobre el satélite?

    Fuerte abrazo desde Córdoba.

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  2. Hola, Tamarit ;) No, la obra no era sobre el satélite. Yo diría que la obra presenta, a través de una familia, la situación de los trabajadores en paro en la España de 1960 que se ven forzados a emigrar a Alemania. Tiene otros aspectos: presenta la situación de las mujeres, el papel de las quinielas y el problema del alcoholismo, entre otros. Cuanto más la leo, más me gusta y más cosas nuevas descubro. El satélite es sólo un símbolo más, como los globos o la propia camisa, de tantos significados. ¡Un abrazo desde Bohemia Sur!

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  3. Sí, sí, seguramente que las cosas que me señalás son más "importantes" que lo del satélite. Pero viste cómo es cuando recordás una lectura de hace mucho: a veces quedan significando las cosas más chiquitas, las más absurdas, las más "simpáticas". Sí, de a poco voy reconstruyendo la cosa: pongamos que el contexto es un barrio, la gente en la calle hablando, y una situación como que de carestía: crisis, desempleo.

    El librito está en lo de mis viejos. Será releído, en algún momento, a partir de tu post. Gracias por traérmelo a la memoria. Abrazo.

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