sábado, 27 de enero de 2018

Rutinarte

Estoy en medio de una explosión de productividad como no recuerdo haber vivido. O quizá sí la había vivido, pero no de esta manera. Probemos a recordar...

En el pasado, me daba por temporadas que podían durar de varios meses a varios años. Algunas temporadas, mi principal actividad creativa era escribir, y escribía un relato detrás de otro, no todos los días, pero sí con una frecuencia considerable. O poemas, como churros. Otras temporadas dibujaba. Otras temporadas me daba por las canciones, y componía una detrás de otra, con o sin letra. Sí, quizá el año aquél en que componía hasta cinco canciones por día fuera más productivo que el momento presente. Productivo.

Hubo un año (en torno al cambio de siglo) que lo hice todo ello, añadiendo además diseños, esculturas, conceptos, técnicas... Y luego llegó el año 2014, que se me disparó la creatividad (aunque de productividad no hubo tanta) [1], y ello del modo que resumí, en algunos de sus aspectos más relevantes, en mi libro "Otra vida es posible".

Y llegamos al comienzo del 2018. Llevaba ya desde el 2014 haciendo un dibujo al día (los numerucos, ejemplos antiguos aquí), y desde el otoño de 2016 dando forma a conceptos para el Reto de los calcetines de forma regular (dos veces por semana). Ese reto, lanzado por un estudiante mío, se ha ampliado a cuatro veces por semana, y lo presentaré en su día en un libro. Además, llevaba cinco semanas componiendo todos los días sin excepción, dentro de otro reto, cuyos detalles especifico aquí (el enlace está en inglés), que consiste en cumplir siete tareas compositivas por semana. Y digo "llevaba" porque parió güela y un amigo me planteó otro reto, y ahora son dos ilustraciones al día las que hago.

No es todo, ni de lejos.

A medida que voy bajando la guardia (o que voy produciendo más y más), más gente empieza a querer entender, justificar, pausar, reducir y/o eliminar esta rutina. No, no les voy a desear suerte. Hay preguntas raras, como "¿No crees que sería bueno descansar una temporada?". No. Me siento bien. Me da energías. Mi técnica va mejorando. Según la teoría de las 10.000 horas, parar sería un error. Y ya es demasiada explicación.

No es mi periodo más creativo. No lo es. Ni de lejos. Es uno de los más productivos. Y lo estoy gozando a tope. Como me dijo mi jefe y amigo, "Aprovéchalo" (o así interpreté yo su "Keep with the flow!"). Es rutina, sí, pero es arte, es creativo, es productivo. Lo llamo, en español, rutinarte. Y para todos aquellos rabiosos que quieran llamarlo de alguna forma despectiva, voy a adelantarme: en inglés lo llamo Diary Art (que suena igual, o casi, que "arte diarreico"). Después de todo, me sale por un tubo porque parece ser que tengo que deshacerme a toda velocidad de algo que ya no tiene nada que hacer en mi mente. Así que lo podrían llamar Arte de M, o Arte Diarreico, con todo el desprecio posible; pero no serán originales, que para eso ya estoy yo aquí.

Que tengan ustedes el sábado que más les apetezca. Me espera una tarde de realización personal insuperable :)

Notas:
[1] Recordemos, no es lo mismo creatividad (que yo defino como la concepción de una idea que es nueva para aquél a quien se le ocurre, lo sea o no para el mundo) y la productividad (realización efectiva de una idea, propia o ajena). Sólo por aclarar: cuando hablo de ser productivo, me refiero a realizar ideas provenientes de mi propia creatividad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario