lunes, 9 de julio de 2012

Esas toses, esas oportunidades

En Cantabria estamos disfrutando de una oportunidad única: la que suponen los Encuentros de música y academia de Santander, que ya van por su duodécima edición. El acceso es gratuito a la mayor parte de los conciertos, y los que son de pago, lo son por un precio simbólico de 10 € (excepto el gallinero, por 3 €).

Con unos 50 conciertos repartidos por toda la provincia, ya no hay excusa para no escuchar música clásica. Y si alguno pensaba poner que "seguro que está lleno", que se busque otra: he ido a dos conciertos de una calidad, a mi laico entender, muy alta, tanto de composiciones como de interpretación, y la inmensa mayoría del público estaba a la altura.

Claro que siempre hay excepciones. Siempre hay alguno que tose, o se sorbe los mocos, o carraspea, o come chuches, o necesita cinco minutos para abrir un caramelo y chafar el pianissimo a todo el personal de una sola tacada. O a quien se le escapa el mecanismo del paraguas plegable cinco veces en una actuación. En fin, que esas cosas pasan hasta en las mejores familias. También el aire acondicionado hace ruido - pero a quien no le guste pasar calor, preferirá ese leve murmullo a perderse el concierto por miedo a sudar demasiado.

Si uno quiere poner pegas, las encontrará. Yo he decidido dejar de ponerlas y disfrutar de esta oportunidad. Porque, para qué nos vamos a engañar, estas cosas gratuitas no suelen durar muchos lustros; y es una suerte como pocas, tener salud, tener los medios, la cercanía, el tiempo de ir a ver este regalo. Uno no se puede permitir el lujo de centrarse en las pegas, que de esas ya hay demasiadas por el mundo y en las mentes ajenas: tenemos el deber moral de disfrutar este privilegio al que muy pocos pueden acceder por las circunstancias antes mencionadas y muchas otras.

Y a los que tosen, deseémosles mejor salud. Quién sabe, quizá sean molestones profesionales o aficionados, cuyo mayor placer en esta vida sea incordiar en momentos sublimes de conciertos. En ese caso, otra razón habría para ignorarlos: aprovechar la oportunidad de aguarles la fiesta. Yo he conseguido cerrar el oído a los ruidos ya en dos conciertos, y espero estar aprendiendo y que me dure.

Gracias, señora O'Shea, gracias, señor Csaba (köszönöm), por esta edición del Encuentro, por permitirme acceder a tanta música de calidad justo cuando más la necesito, por lo que estoy aprendiendo de música y en otros campos personales. Me gustaría llevarles una flor a cada uno a un concierto. Igual hasta me atrevo, pero por si no me atreviera, aquí queda esta bitácora.

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