viernes, 19 de julio de 2013

Unas horucas antes de los 41

La gente no entiende que a uno no le mueva el dinero. Me encuentro constantemente con amigos y familiares que me ofrecen formas de ganar más, de tener más. Muy poquita gente te ofrece "ser más feliz" - y de esos, me temo que nadie te ha preguntado antes si eres feliz. Pues ahora mismo no, no soy feliz, pero no quiero soluciones de fuera. Tengo que sacarme yo las castañas del fuego. Y no quiero ni más ni menos dinero, porque el metal no da la felicidad. Sé de lo que hablo. La fama tampoco. La tuve y no la quiero. La salud la perdí y la recuperé, ésa sí que la quiero. La familia y la amistad, el puesto de trabajo, la autoestima equilibrada, eso no me lo puede vender nadie y lo tengo que mantener yo, nadie lo puede hacer por mí. No sé a cuénto de qué viene esto, quizá sólo sean mis 41 tacucos. Y de gente que me agobia con negocios extraños y propuestas de matrimonio sin conocerme. Ja, ja, ja.

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