sábado, 29 de diciembre de 2012

Uno de esos días

Hoy ha sido uno de esos días en que uno pierde el tiempo navegando sin rumbo por internet, porque necesita desconectar de todo. Y luego se descarga a la tableta androide un juego y no para hasta llegar al nivel 40. Y después chatea con su prima, y con un amigo, durante horas, se diría. Y ancués se da crema porque se ha hecho un corte en una mano y tiene un montón de arañazos de Perejil, y espera media hora hasta que la crema se absorba, mirando a la nada de entretanto. Y luego se mete a escuchar música por internet para culminar la pérdida de tiempo.

Claro que también ha sido un viernes rutinario, cuando toca sauna e ir a la compra. Que aquélla es buena para descansar y ésta para tener algo que comer.

Pero además, ha sido uno de esos días en los que he dormido la mañana. Asquerosamente. Me he levantado como a las diez y cuarto, y para cuando me he querido dar cuenta, se me había pasado la hora de comer, porque el desayuno consistió en un picoteo interminable mientras iba haciendo limpieza y ordenando el trastero, que me está quedando increíble. He fabricado unos ganchos de los que he colgado las gafas de seguridad, los auriculares, las mascarillas... He hecho la comida y la cena (alubias negras con verduras, acompañadas de arroz con azafrán húngaro, flor moscada y ajo, de primero, ñam... bueno, no me voy a estar a recetas, que tengo más que hacer). He recogido la ropa del tendal, he hecho dos coladas más, he pasado el polvo a toda la casa, y la mopa, he lavado y recogido los platos, he reordenado y limpiado la biblioteca, he preparado una lista por temas de los libros que tenemos en casa, he tocado el piano, he compuesto, he sacado la basura, he visto una peli, he jugado con Perejil, he ordenado los CD's, los negativos de fotos y las postales, he colgado un cuadro, no, tres. He rellenado una vela con la cera sobrante de una pila de velas de té ya consumidas. Me he estudiado una fuga y dos variaciones de Bach. He hecho aprox. una hora larga de gimnasia. He limpiado los cristales. Y me he olvidado de tomar el café, entre otras cosas.

Evidentemente, eso no es trabajo en absoluto. De lo contrario, estaría cansado. Voy a ver si cambio las sábanas de la cama, que eso dicen que agota. Es que ya son las doce de la noche y mañana quiero madrugar para aprovechar el día. A ver si se me arregla.

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