Soy responsable. Culpable. De problemas ecológicos. De problemas sociales. De crímenes contra la Humanidad. Me gusta vivir cómodamente. Cuando algo me va mal, culpo a los demás en lugar de ver qué puedo hacer yo por cambiar el mundo, por cambiar mi mundo. Cuando Eva me da la manzana, es su culpa si yo la muerdo, o la de Dios por darme hambre, o la del árbol por dar fruto, o de la serpiente por no tener patas. Así, no soluciono la vida de otros, ni la mía. Son consciente de ello. Sólo este momento. No quiero vivir con complejo de culpa, porque así no se puede vivir. Yo seré bueno, y el resto serán malos. No cambiaré, ni mi vida ni a mí mismo, que más vale malo conocido. Y cuando me digas que estás mal porque estás enfermo, compararé mi situación con la tuya porque han dejado de emitir mi serie favorita. Así ha funcionado el mundo desde siempre, y así es como tiene que funcionar. No quiero salir de esta Segunda Edad Media de oscurantismos disfrazados de siglos de después del de las Luces (los siglos traslúcidos). Se vive muy bien imaginando lo que producirá las sombras sobre el cristal iluminado. No estamos en una caverna, sino en una jaula de cristal, se vive mejor, con más luz. Aquí no llueve, no hace frío, y aunque me queje, nadie puede sacarme de aquí.
Hasta el día que alguien coja una piedra y nos despierte a todos por la fuerza.
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