martes, 23 de septiembre de 2014

El día que me vaya

El día que me vaya, no quiero que nadie piense que es una tragedia. No lo sería aunque no terminara esta bitácora. Tengo 42 años. Es más que la esperanza de vida de algunos países. Si no me equivoco, es más que la vida media de la Humanidad hasta hoy.

Pero estadísticas aparte, he sido y soy feliz. Por cantidad de motivos. Y estoy disfrutando de la vida, de cada día, del encontrarme mal, de los dolores. Todo lo que me pasa, bueno y malo, me recuerda que estoy vivo. Y eso es ¡tan maravilloso! Los motivos por los que soy feliz los compartiré en otro momento, quizá.

Y cuando me vaya, por favor, dejaos de detalles morbosos. De qué morí, si llevaba tiempo mal, etcétera, puede interesaros, pero yo espero que nadie satisfaga ese deseo insano de saber lo que a nadie debería interesarle. A los que de verdad me quieran, los conoceréis por las preguntas que hagan: qué le hacía feliz, qué le hacía sonreír, de qué estaba satisfecho, qué proyectos estaban en camino, dónde puedo escuchar su música, dónde puedo leer sus últimos relatos, y un laaaargo etcétera.

El día que me vaya me iré tranquilo. He hecho muchas cosas. Y sí, he cometido errores tremendos; pero no he pecado de mala intención. He intentado ayudar a mucha gente. Me he esforzado en que mucha gente a mi alrededor fuera feliz. Creo que lo he conseguido en muchos casos. De hecho, una de las cosas que más alegría y felicidad me da es ver que la gente consigue sus metas, sus sueños, que tienen éxito en sus empresas. Cantidad de cosas se me quedarán sin terminar, aunque ese día llegare dentro de cien años. Qué más da. Lo importante no es llegar a ningún destino, sino disfrutar el camino. Y yo eso lo hago a tope. Sí, a veces más centrado en mí mismo que en el mundo. No soy todo altruismo ni todo egoísmo. Soy maestro: si le muestro a alguien el camino para ser feliz y lo rechaza, ya no es mi problema, es el suyo. Y cuando no tengo fuerzas, me centro en recuperarlas, porque sólo con fuerzas puede uno pegar el tirón que saque a los otros del agujero (si se dejan).

No lloréis cuando me vaya, porque yo os estaré viendo desde el otro lado, o desde mis postreros pensamientos en el umbral de la nada, y quiero veros felices. Contad chistes a mi costa, que yo me reiré con vosotros. Cuando el viento os acaricie, pensad que os susurro lo que os quiero. Cuando notéis frescor en una mano, os estaré acompañando. No maltratéis vuestro cuerpo brindando a mi salud, que no lo voy a necesitar: sed buenos, cada uno consigo mismo y también con los demás. Os recomiendo decirle a la gente a vuestro alrededor lo que realmente pensáis de ellos. Así podréis iros en paz.

Hoy, la muerte no me asusta. No la deseo, claro: me encanta vivir. Tampoco la temo. Que venga cuando tenga que venir. Yo sigo tratando este cuerpo que recibí prestado como mejor puedo, para que me dure lo más posible, que ya hace ocho lustros que se me acabó el periodo de garantía. No voy a irme voluntariamente. Aún me queda mucha gente por hacer feliz. Todavía hay gente cercana a mi corazón que necesita de mi ayuda, aunque sólo sea que les escuche. Pero el día que Dios me llame, habladle al viento, que me traerá vuestras palabras y os las cambiaré por abrazos.

Nadie sabe nunca quién se va a ir el primero. Quizá sea yo, quizá otro. No estoy aquí para llorar penas. Estoy aquí por previsión: sea ahora, sea en diez años, sea en un siglo, que en mi entierro la gente hable de lo feliz que fui.

Y si queréis echar pestes de mí, soy todo oídos :D aprovechad ahora, que cuando no esté nadie os va a querer escuchar...

Dios mío, gracias por otro día más, por esta vida tan maravillosa, y ¡por el dolor que me recuerda que sigo vivo!

sábado, 20 de septiembre de 2014

Tan azul, tan azul

Esa puesta de sol de hoy, sin sol, con nubes de tormenta, ha sido de las más merecedoras de ser grabadas, fotografiadas y recordadas. Increíble. De pronto, me vi observando colores que no sabía nombrar, ni siquiera por aproximación. hacia el este, las nubes tenían cierto componente de gris, pero también de sepia, y no eran ni un color ni el otro. Hacia el nordeste, una amplia gama de plomizos. Hacia el norte, lo habría llamado añil por su intensidad y su, permítanme, longitud de onda, si no hubiera sido por la imposible combinación con un tono pastel. Y hacia el oeste y noroeste, una nube de un tono uniforme, tan azul, pero tan, tan intensamente azul, que si Dios aprieta más la longitud de onda no habría sabido decir qué era el color que yo veía, porque ya como era tuve que pensármelo. Y vuelta al este, con esa gradación del cielo de fondo, desde un color que no era ni crema, ni salmón, ni ocre, ni sepia, ni amarillo, ni naranja, pero que podría haber confundido a alguien con prisa a definirlo con cualquiera de los que he mencionado; desde ese color, al gris plomizo, con toda la infinita gama intermedia; y sobre ese fondo, una nube alargada, blanca, tan sólida que parecía de cartón piedra, resaltando con valor propio y enfatizada con ese fondo difícilmente descriptible. Si lo que he visto hoy me lo hubieran enseñado en foto o en vídeo, habría echado pestes de los programas de arreglo de fotografías, por exagerarlo todo. Ya lo decía Julio Jaurena, que a veces llamamos horteras o exagerados a los artistas, pero sólo porque no recordamos el espectáculo (o no nos fijamos en él) que a veces nos ofrece la naturaleza.

Me ha servido este espectáculo para varias cosas (siempre tan pragmático, Jórgido, de verdad, qué asco). Primero, para escribir esta bitácora tan cursi. Segundo, para alegrarme de que el HP que casi me atropella en Hluboká saltándose un ceda (matrícula 1A4 00**, coche rojo) no consiguiera su objetivo... y alegrarme además de no haberle seguido y montádole un pollo, porque habría tenido un espectáculo diferente. Tercero, para comprobar por enésima vez que las gafas polarizantes no siempre producen mayores contrastes ni mejores colores (me acordé de ellas al cometer un pulgón suicidio contra mi ojo izquierdo... y francamente, mejor sin gafas). Cuarto, para sorprenderme una vez más en las últimas semanas de lo poco que llevo la cámara de fotos o el móvil conmigo. Adiós, tecnología. Quinto, para pensar en amigos que hacen fotos, en lo que habrían disfrutado (llamé al que vivía más cerca, el resto se lo tendrán que imaginar, si quieren).

Y bueno, en general me llevó a un montón de reflexiones indirectas. Pensé en Espe, el día que me preguntó si yo creía que sería posible ver un color que no fuera nada conocido. Canté mi canción "Colores de atardecer" y pensé en si mis canciones (o mi música) se considera o no religiosa o espiritual, pese a cantar pocas canciones de alabanza directa a Dios. Pensé en la cantidad de fotografías sosas, anodinas, aburridas, nicneříkající (que no dicen nada) que la gente publica como "mira quééééépasadafotoooooo"...

Sigo cambiando. A pequeños cambios sutiles, unos intencionales, otros fortuitos. No tengo fuerzas, o motivación, o circunstancias, para grandes cambios, pero me siento tan diferente, veo las cosas desde una perspectiva tan cambiada a veces, que me sorprende que nadie se percate (me sorprende... pero también me alegra). Y la perspectiva cambiada... pienso en términos musicales, o gráficos, o puramente abstractos, y muchas veces, como hoy, me tengo que forzar a verlo, a pensar, en palabras. Quizá me esté demenciando. O quizá sólo sea tan, pero tan otólico, que esté a punto de pasarme de vueltas y de convertirme en indefinible.

Como el azul al oeste.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Invaze, občanská válka, nebo další světová?

Bez ohledu na to, jak to cítím, prohlášení českého prezidenta Miloše Zemana, že na Ukrajině není ruská invaze, nýbrž občanská válka, mě vědlo k zamýšlení (cela zpráva tady).

Přemýšlel jsem o tom, zda přítomnost ruských vojáků při konfliktech na Ukrajině by se dala považovat beze sporu za invazi, a jako Španěl, nemohl jsem se vyhnout myšlenkám na vlastní občanskou válku v letech 1936-1939.

Milovníci konspiračních teorií (mezi kterými se nezřídka nacházím) často mluví o tom, že Španělsko "určitě" nebylo neutrální za druhé světové války, že přece jen byli Franta s Adou kamarádi a že tím pádem Franta musel poslat vojáky na výpomoc fašistické moci atd. Spekulace. Zatím žádný důkaz. Na druhou stranu, nacistické Německo prokazatelně poslalo vojenskou sílu na výpomoc Frankově straně během španělské občanské válce. Byla to německá invaze, nebo německý pokus o invazi ve Španělsku? Nebyl. Občanská válka skončila a Německo nemělo žádnou moc ve Španělsku. Naopak, věnovalo se vlastním záležitostem. Pravda, Německo a Španělsko neměly společné hranice.

Ovšem, je tu více rozdílů. Kromě Německa, také Spojené Státy, Anglie, Československo a jiné státy, poslaly posily do Španělska. Prokazatelně. Přesto se mluví o roku 1939 jako o začátku druhé světové války (to pro milovníky konspiračních teorií - jestli budeme věřit tomu, že Franco se podílel na frontách během 2. svetové, tak předepišme tedy dějiny a dejme rok 1936 jako začátek světového konfliktu... konec konců, ve Španělsku si tenkrát měřily mezi sebou síly a vyzkoušely hodně zbraní a strategií, ne?)

Vidím rozdíly mezi situací na Ukrajině letos a situací ve Španělsku před skoro 80 lety. Vidím také jisté podobnosti. Co by se bývalo bylo stalo, kdyby tenkrát kamarádi Ruska, kteří poslali tam zlato, jež se nikdy nevrátilo, by bývali byli vyhráli válku? Můžeme zcela vyloučit, že Španělsko by nebývalo bylo obsazeno ruskými vojsky navzdory vzdálenosti? To se už asi nedozvíme. Dnes, bez ohledu na to, jestli pán Prezident má pravdu či ne, jsem rád, že mi pomohl nevidět věci tak černobíle. A to i přesto, že s nim stále nemohu souhlasit.